Aprieta la tarde y - otra vez - sube en el 60
queriéndose escapar
a toda vela de acá.

Vuelve de un amor que lo rompió,
borrando las huellas que alguna vez dejó
se fué sin decir adiós.

Y vuelve a dejar
en lista de espera
un sueño más.

Tiró una moneda y eligió,
echando a la suerte años de soledad,
perdió otra oportunidad.

Si Dios - una vez -
apuesta al mismo
caballo que él...

Hoy viajás,
atravesando el cielo, te escapás...

Banderas de ayer, que al recordar
sus hombros tan tristes lo vuelve a desarmar,
¿y a que Dios hay que rezar?.

En muecas de rouge se embarró,
sabiendo de entrada que las changas de amor
son malas para olvidar.

Y le debe al sol
algunas noches
sin acostar.

Sacó del placard el traje gris,
la foto de bodas le sugirió: "saltá,
peinado no estás tan mal...".

Y mientras caés,
pensás solo en
verla una vez más...una vez.